Esta Nueva Normalidad, en la que las escapadas rurales parecen adquirir un reconocimiento aún mayor del que venían cosechando en los últimos años, puede transformarse en el momento ideal para descubrir alguno de esos rincones de la geografía española que, por lo general, se nos escapan.
Y en esta ocasión en especial vamos a viajar hasta Andalucía, una de las Comunidades Autónomas más promocionadas y diversas de España que aglutina miles de atractivos turísticos, para trasladarnos hacia uno de sus parajes más maravillosos pero no tan conocidos, la Sierra Morena.
Se trata de un recorrido espectacular, tanto para los amantes de la naturaleza, como para aquellos que quieren conocer mejor el patrimonio histórico de la región y el país, o descansar durante algunos días mientras se deleitan con los conseguidos platos de la gastronomía local.
Un sitio naturalmente único, a una hora de Sevilla
La Sierra Morena tiene una gran virtud merced de su ubicación, y es que podemos acercarnos a ella tanto si se trata de nuestro destino final, como dedicándole al menos algunas horas si nos estamos alojando en Sevilla, ya que se halla a sólo una hora en coche o tren de la capital andaluza.
Enclavada hacia el norte de la propia provincia de Sevilla, podríamos decir que funciona casi como un límite natural entre esta Comunidad Autónoma y La Mancha, con cuatro sectores bien diferenciados: el mismo sevillano, el onubense, el cordobés y el jiennense, que también es considerado el más complicado por sus continuas fracturas y fallas, mucho más pronunciadas.
Lo habitual es intentar conocer algunas de las múltiples virtudes que posee el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, con su superficie de 177.484 hectáreas gracias a la cual cubre diez municipios de los 106 que posee la Comunidad, incluyendo algunos de las provincias de Huelva, Córdoba y Badajoz. Como resulta evidente, podemos llegar hasta allí desde distintos puntos.
¿Y qué nos encontramos una vez pisamos esas tierras? Pues bien, tenemos formaciones naturales de unos 700 millones de años, que dan cuenta de un conjunto de sierras interrumpidas constantemente por la aparición de embalses, arroyos y ríos, sin perder de vista tampoco el matorral mediterráneo ni el bosque. Una biodiversidad que se transforma en el hogar perfecto para miles de especies.
Nos referimos, de hecho, no sólo a especies animales como el gamo, el ciervo, el jabalí, la nutria, el tejón o el gato montés. No, también hay una riquísima oferta en especies vegetales, con exponentes como los castaños, los robles, los alcornoques y las encinas.
No por nada la UNESCO ha declarado a las dehesas del lugar como Reserva de la Biósfera; al tiempo que el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla funciona dentro de la red de Geoparques Mundiales de la UNESCO en España. Asimismo, la sierra y sus especies son preservadas por reconocidos organismos internacionales, como la CETS, la ZEC o la ZEPA.
¿Dónde alojarse y cómo iniciar las actividades?
Aunque existen numerosas oportunidades, cada una con sus particularidades, para las personas que quieren hospedarse cerca de la Sierra Morena, lo más recomendable en estos casos es establecer nuestra base en alguno de los 10 municipios que ésta atraviesa para, de ese modo, perder la menor cantidad de tiempo posible en los desplazamientos hasta el sitio de encuentro.
Dicho sea de paso, los municipios en cuestión son los siguientes: Alanís, Almadén de la Plata, Cazalla de la Sierra, Constantina, El Pedroso, El Real de la Jara, Guadalcanal, La Puebla de los Infantes, Las Navas de la Concepción y San Nicolás del Puerto. Cualquiera de ellos estaría bien, en consideración además de cuáles son los espacios que te gustaría conocer durante tu viaje.
Una vez hecha esa aclaración, disponemos después de cuatro puntos de reunión desde los cuales suelen iniciarse los recorridos. El primero de ellos es el “Cortijo el Berrocal”, en Almadén de la Plata. Más tarde tenemos el Centro de Interpretación Ribera del Cala, en El Real de la Jara. Posteriormente es el turno del Centro de Visitantes y Jardín Botánico “El Robledo”, en Constantina. Y, por último, el Punto de Información Cerro del Hierro, en San Nicolás del Puerto.
Con la sugerencia de que analices muy bien qué te propone cada uno de ellos, por si eso afectara a tu “base de campamento”, vamos a repasar algunos espacios que merecen la pena.
¿Qué ver en la Sierra Morena sevillana?
- Monumento Natural Cascada del Huéznar: si te consideras un fanático del agua, las distintas cascadas que componen este emplazamiento, denominadas Las Chorreras, crean una especie de galería fresca y natural donde podemos dejarnos sorprender por la imponencia de la sierra. Sin dudas, uno de los imprescindibles en el camino.
- Monumento Natural Cerro del Hierro: durante siglos se explotó con fines de minería esta parte de España, lo que ha permitido que aparezcan algunos conjuntos kársticos sin igual. Llevando a cabo algunas rutas de senderismo tenemos este monumento natural desde el cual se pueden observar distintas especies de aves o, simplemente, contemplar las estrellas.
- Nacimiento del Huéznar y su ribera: uno de los mejores momentos de nuestro trayecto, si es que pasamos por aquí, es detenerse en el nacimiento del río o ribera del Huesna, un área recreativa desde donde podemos comer algo o tomar un poco de aire.
¡No te olvides de la comida!
Antes de terminar, casi como bonus track, no puedes irte de la Sierra Morena sin degustar algunas de las recetas tradicionales de la zona, como las preparaciones con carne de caza, o los productos que derivan del cerdo ibérico. Si a eso le sumamos las exquisitas variedades de vinos y las infinitas bodegas cuyas instalaciones se pueden conocer, mejor ir con el paladar listo para nuevos sabores.
En resumen, y como comentábamos al comienzo, éste es uno de esos destinos que la Nueva Normalidad nos da la posibilidad de conocer, y cuenta con todas y cada una de las características suficientes para cautivar a cualquier tipo de turista. ¿Estás de acuerdo?
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