Cabo de Gata: desconexión con glamour y vistas al mar
Estaba harta de todo. Trabajo, familia, amigos, malas noticias, la gente por la calle me sacaba de quicio. Al salir de casa me ponía a discutir con taxistas, camareros, incluso con mi peluquero. Estaba como un volcán a punto de estallar. Necesitaba silencio, necesitaba dejar atrás el continuo bla, b