Berlín es una de las grandes ciudades de Europa. Y al decir grande no solo es una metáfora o a referirnos a su importancia en el tejido social y económico del continente. Es grande literalmente. Su tipo de arquitectura e incluso su peculiar historia lejana y reciente ha hecho que el núcleo habitado se extienda por una amplia superficie.

Solo daremos un dato. Berlín tiene una extensión de casi 900 kilómetros cuadrados, mientras que ciudades como París o Barcelona apenas superan los 100. Y además no hay que olvidar el pasado berlinés, hasta hace unas décadas dividido en dos ciudades. Por lo tanto nos podemos hacer una idea de que sus muchos atractivos están repartidos por los diferentes barrios y distritos de la ciudad.

De manera que para descubrir los encantos de la capital alemana se hace imprescindible salvar grandes distancias. Y ahí es donde cobra importancia el tejido de transporte público local. Una completa red que incluye metro, cercanías, tranvía, autobuses, e incluso taxis o barcos que recorren el río Spree. De todo ello os vamos a hablar en las siguientes líneas.

El metro de Berlín: U-Bahn

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Viajar en el metro de Berlín, cuyas bocas se señalizan con una gran U blanca sobre fondo azul, es imprescindible. Sin duda es uno de los medios de transporte públicos más rápidos y eficientes en la ciudad. Y eso pese a que se trata de un trazado más que centenario y que ha sufrido las acometidas de varios conflictos. Entre ellos dos Guerras Mundiales y la división en dos partes durante los tristes años de la Guerra Fría, cuando el Muro también se trasladó al subsuelo berlinés.

De hecho, hay visitas turísticas en la actualidad que se adentran en las estaciones fantasma que quedaron durante aquel periodo histórico. Así como también se pueden visitar instalaciones que se convirtieron en búnkeres para refugiarse de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

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Pero todo es eso pasado. Vayamos al presente. En la actualidad hay 10 líneas distintas, las cuales discurren tanto por el subsuelo como en superficie, como por ejemplo en las fotogénicas vías que pasan por el barrio de Kreuzberg. Todas esas líneas se distinguen tanto por colores como por números, y basta con tener un mapa con el trazado del metro para comprobar que casi todos los puntos de interés de Berlín están a nuestro alcance, desde la moderna Potsdamer Platz hasta el elegante Palacio de Charlottenburg.

Por cierto es U-Bahn de Berlín tiene un amplísimo horario entresemana, algo que todavía se amplía más los fines de semana y festivos.

Trenes de cercanías: S-Bahn

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Aunque comparten muchas estaciones y también tarifas, no hay que confundir los U-Bahn con los S-Bahn. Estos últimos son trenes metropolitanos que permiten viajar desde Berlín a otros lugares cercanos. Por ejemplo, nos pueden llevar hasta la monumental y palaciega ciudad de Potsdam o nos pueden hacer estremecer con una visita al Campo de concentración de Sachsenhausen.

No obstante, igualmente se pueden usar en un trayecto por Berlín, ya que las 15 líneas de S-Bhan tienen paradas en diversas estaciones. Si bien aunque tienen horarios de apertura parecidos al metros, sus frecuencias son algo mayores.

Tal vez, en tu próximo viaje a la capital de Alemania, el primer medio de transporte público que uses sea uno de estos trenes de cercanías S-Bhan, ya que una de sus líneas salva la veintena de kilómetros que separan la ciudad de su aeropuerto de Schönefeld (SXF).

Los tranvías de Berlín

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Para aquellos que nos les gusta la idea de viajar bajo tierra, la opción de moverse en tranvía por Berlín es estupenda. Hay que tener en cuenta que hacia el 1865 ya había tranvías en esta ciudad, si bien tirados por animales. Además durante la Guerra Fría, el tranvía alcanzó un gran desarrollo, sobre todo en Berlín Oriental.

En definitiva, que cuando viajes a Berlín agénciate un plano con los recorridos en tranvía, porque ni más ni menos que existen unas 400 estaciones para más de 20 recorridos distintos. Y desde luego, si solo se hace un trayecto, el obligado es el de la línea M10 que proporciona una visión de lo más atractiva de los restos del Muro y de la vistosa East Side Gallery que lo recubre en la actualidad.

Los autobuses berlineses

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En Berlín los autobuses no paran ni de día, ni de noche. Esa es una de las características de este medio de transporte. Hay infinidad de líneas, y muchas de ellas son nocturnas. Además todas ellas están interconectadas en distintos puntos de la capital. Si bien entre todos esos puntos clave hay que citar uno en especial: Alexanderplatz, (Alex para los locales) la gran plaza de Berlín por la que pasan prácticamente todos sus trasportes públicos.

Más medios de transporte en Berlín

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Para todos los medios de transporte anteriores: U-Bahn, cercanías, tranvía o autobuses, hay tarjetas de recarga que se puede usar indistintamente o bien hay cards de duraciones variables para un uso indefinido de viajes. Es cuestión de hacer una estimación del uso que se le van a dar y adquirir lo más ajustado a nuestro viaje.

Sin embargo, ese tipo de pago no es aplicable a otros medios de transporte dentro de Berlín. Por ejemplo, en taxi. Un medio cómodo, en coche de marca (siempre), pero algo más caro. No obstante, según las prisas o tus gustos, siempre son una opción. Son muy fáciles de localizar, ya que hay muchos, pero siempre de color crema, con cartel luminoso en lo alto y por supuesto taxímetro.

Y para acabar queremos proponer otro tipo de desplazamiento. Se trata de recorrer un tramo del río Spree. Hay compañías que hacen viajes con pequeñas embarcaciones fluviales. Sin duda una fabulosa forma de rodear la famosa Isla de los Museos de Berlín, una de las zonas de visita obligada en la capital alemana.

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