Dicen que el cielo de Madrid está más alto y es más azul que en otras ciudades, tal vez por ello los madrileños acostumbren a ir con la cabeza bien alta. Y nada que combine mejor con el azul cielo que un edificio singular, de esos que destacan entre sus vecinos por su insólita arquitectura. La capital está plagada de construcciones curiosas a las que no siempre se les da el valor que tal vez merezcan. A continuación, seleccionamos los edificios más singulares de Madrid, un paseo por la arquitectura más sorprendente de la capital.
Las Torres Blancas
Sáenz de Oiza fue un arquitecto casi tan singular como sus Torres Blancas. Pocos arquitectos (o taxistas, o fruteros) piden perdón por sus errores. Sáenz de Oiza era así, un tipo humilde, soñador y contradictorio capaz de imaginar proyectos únicos como las Torres Blancas, uno de los edificios más ambiciosos de Madrid.
El arquitecto navarro quiso construir un edificio de viviendas singular, de gran altura y que creciera orgánicamente como un árbol. Y el resultado fue una construcción de insólitas formas redondeadas de más de 80 metros con 23 pisos y una gran piscina en la azotea. Desde entonces, su carácter no ha pasado desapercibido siendo hasta escenario del rodaje de películas.
Avenida de América, 37
Edificio Mirador
Las rotondas son espacios en los que puedes encontrarte con extravagantes sorpresas. Y una mega rotonda como la de la plaza Alcalde Moreno Torres se merecía una sorpresa monumental. El estudio de arquitectura neerlandés MVRDV en colaboración con la arquitecta madrileña Blanca Lleó dieron forma a uno de los edificios más impactantes de Madrid. ¿Qué hace ese hueco ahí?, se preguntan muchos transeúntes y quizás hasta algún vecino.
La respuesta es la siguiente: se trataba de voltear una manzana tradicional de viviendas de forma que el edificio fuese vertical en vez de horizontal. Ese hueco funcionaría como el patio de una manzana o de una urbanización. El problema, claro, la gravedad. Por ello el patio se transforma en mirador desde el que se tiene unas fantásticas vistas de la Sierra de Guadarrama.
Además, al concebirse todo el edificio como una yuxtaposición de bloques, cada parte tiene un diseño y un color diferente. Lo dicho, todo un excepcional rara avis de la arquitectura madrileña.
Plaza Alcalde Moreno Torres
Casa de Bambú
Del norte de Madrid nos vamos al sur, a la zona de Cuatro Vientos, donde encontramos uno de esos edificios que podrían marcar el futuro de la arquitectura residencial. El revestimiento de bambú a modo de celosía móvil que puede moverse a lo largo de la fachada constituye un colchón térmico, visual y acústico que lo protege tanto de las altas temperaturas en verano como del frío y el viento en invierno.
Terminado en 2007, recibió al año siguiente un premio de Excelencia en Arquitectura concedido por el Royal Institute of British Architects. Y es que el estudio FOA, liderado por Alejandro Zaera y Farshid Moussavi, diseñador del proyecto, ya había sido previamente galardonado por su remodelación del puerto de Yokohama. Todo un lujo para la ciudad de Madrid.
Calle Clarinetes
Iglesia de Santa Mónica
Seguimos viaje hacia el sur rebasando los límites de la capital para visitar en Rivas-Vaciamadrid una de las iglesias más insólitas de la región. Cuentan Vicens y Ramos, los arquitectos diseñadores del proyecto, que la parcela en la que debía ir el edificio era “imposible” por lo que tuvieron que acudir a la “historia” para buscar inspiración. Y la encontraron nada menos que en Bernini y su célebre San Andrés del Quirinal en Roma.
Luchando contra un presupuesto exiguo, los arquitectos terminaron optando por una estructura metálica y revestimiento de acero corten, integrando en un solo volumen los espacios que corresponden a la iglesia, la vivienda y las oficinas del sacerdote. Todo un hito de la arquitectura religiosa madrileña.
Calle Libertad, 17 (Rivas-Vaciamadrid)
Frontón Beti Jai
Joaquín de Rucoba recibió el encargo de construir el frontón más grande de Madrid y el arquitecto cántabro no reparó en gastos tomando como referencia el Beti Jai de San Sebastián, hoy desaparecido. En 1894 abría sus puertas este edificio con una capacidad para 4000 personas en el que destacaba su impresionante graderío de estilo neomudéjar en el que sobresale el trabajo de hierro forjado.
Pero 20 años más tarde cierra sus puertas y el Beti Jai de Madrid inicia una azarosa trayectoria que lo lleva a albergar desde una fábrica de coches a una cárcel. Tras casi 100 años de su cierre, el Ayuntamiento lideró su restauración que se completó en 2019 aunque, por el momento, sigue sin conocerse su futura función.
Marques del Riscal, 7
Instituto de Patrimonio Cultural de España
¿Es una plaza de toros? ¿Es el Pentágono español? ¿Es una nave espacial? No, es el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Diseñado por Antonio Miró Velarde y Fernando Higueras a mediados de los 60 está ubicado en Moncloa en plena Ciudad Universitaria siendo conocido también como la ‘corona de espinas’ por su curiosa cornisa rematada en grandes picos.
Higueras fue uno de los arquitectos más originales de su tiempo y aquí dejó muestra de su indómito carácter combinando en este edificio elementos procedentes de la arquitectura militar, de la plaza de toros y hasta de la ciencia ficción que por aquel entonces estaba en pleno auge.
Pintor el Greco, 4
Edificio Arqbórea
Finalizamos esta ruta arquitectónica por algunos de los edificios más singulares de Madrid en Las Tablas para visitar uno de sus recién llegados, el edificio Arqbórea, el primer edificio de España y cuarto del mundo en recibir la certificación SmartScore Gold que evalúa la ‘inteligencia’ de los edificios atendiendo a criterios como la salud, el bienestar, la sostenibilidad, la productividad y el mantenimiento.
Diseñado por los arquitectos Ortiz León, viejos conocidos del barrio al haber intervenido en la vecina sede del BBVA, Arqbórea se adscribe a la denominada arquitectura biofílica que incluye la presencia de la naturaleza en los propios edificios, tal como hicieron el célebre bosco verticale de Milán o los Jardines de la Bahía de Singapur.
Calle Quintanadueñas, 6
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