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Hacer un viaje en el tiempo y regresar al Madrid de finales del siglo XIX y primeros del XX es sencillo visitando algunos de los establecimientos históricos por los que pasaron músicos, novelistas, poetas, periodistas o aspirantes a políticos.

La mayoría de aquellos míticos cafés ya no existe, pero otros aún permanecen vigilando a sus nuevos tertulianos. En cualquier caso, acercase a los que todavía están, o al entorno donde en su momento se ubicaron los ya desaparecidos, es una curiosa manera de descubrir Madrid retrocediendo a la época de las calles empedradas, el tranvía, las corralas o las farolas de gas. Bécquer, Galdós, Valle Inclán, Alfonso Paso, Mingote… si te apetece un recorrido distinto por la capital, toma nota de esta ruta por los cafés históricos de Madrid.

Los cafés centenarios de Madrid

Café Gijón, Madrid, Roberto Garcia – https://www.flickr.com/wikimedia

Las cafeterías madrileñas más antiguas son enclaves que aún conservan el sabor de antaño, con las tradicionales mesas de mármol, sillas de madera oscura, columnas vista y aires art decó. Por desgracia muchos de los antiguos cafés han desaparecido, pero es posible recordar dónde estuvieron ubicados recorriendo algunas calles más castizas del centro de la capital.

En la emblemática Plaza del Ángel, de la que arranca la siempre animada calle Huertas estaba la Fonda de San Sebastián y no muy lejos, en el Teatro Príncipe, en el corazón del barrio de Las Letras, tenía lugar la tertulia del Parnasillo, por la que pasaron desde Mesonero Romanos hasta Mariano José de Larra.

Como no podía ser de otra manera, también la Puerta del Sol tuvo su café de referencia, El Universal, abierto hasta los años 70 y en la aledaña calle Carretas se encontraba el café Pombo, favorito de Ramón Gómez de la Serna.

En este viaje al pasado hay paradas que tienen especial interés porque permiten visitar algunos de los míticos cafés madrileños que siguen siendo cafeterías o restaurantes en la actualidad. En ellos no es difícil imaginar cómo serían aquellas tertulias de las que saldría más de un poema, discurso o novela. En la lista no pueden faltar:

Café Gijón

El Gran Café Gijón abrió sus puertas en 1888 en pleno Paseo de Recoletos, entre Cibeles y Colón. Todo el que fuera “alguien” en la primera mitad del siglo XX paraba por el Gijón. Lorca, Valle Inclán, Rubén Darío, Dalí… encontraron en sus sillones tapizados en rojo y en sus mesas de madera la ansiada inspiración. Hoy, el café cuenta, además, como una terraza muy concurrida y con restaurante de cuidada oferta gastronómica.

Paseo de Recoletos, 21

Café Comercial

Interior café Comercial De https://www.flickr.com/photos/malias/ Wikimedia

Tras su reapertura en 2017, El Comercial sigue siendo un punto de referencia entre artistas de ámbitos diversos a los que les gusta disfrutar del encanto de los cafés centenarios que han sabido renovarse.

Funciona desde 1887 y sigue siendo un lugar emblemático, siempre divertido, donde tienen lugar encuentros culturales de todo tipo en pleno centro de Madrid, en la Glorieta de Bilbao. Conserva su esencia manteniendo algunos de sus elementos emblemáticos como sus inconfundibles columnas y los espejos de sus paredes. Antonio Machado, Jardiel Poncela, Alfonso Paso o Gloria Fuertes fueron algunos de los grandes autores que pasaron por aquí.

Glorieta de Bilbao 7

Café del Círculo de Bellas Artes

Circulo de Bellas Artes De Luis García, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia

Se encuentra en la planta baja del Círculo de Bellas Artes de Madrid, uno de los espacios que continúa siendo imprescindible en el ámbito cultural de la ciudad. El café del Círculo fue inaugurado en 1926, siguiendo la línea arquitectónica y decorativa de los grandes cafés europeos de principios del siglo XX.

Se le conoce como La Pecera, por sus grandes ventanales que dan a la calle Alcalá y que permiten ver el ajetreo de la gran ciudad desde este privilegiado mirador. En el Círculo las actividades culturales se suceden y en su ya casi centenaria cafetería se puede tomar desde un simple café, hasta un excelente menú. Visitar la azotea de este magnífico edificio y tener más cerca el cielo de Madrid, es una gran idea para completar la visita.

C/ Alcalá, 42

Café Barbieri

Es otro de los míticos cafés de Madrid y está en pleno barrio de Lavapiés, aunque esta no es su ubicación original, ya que, en sus inicios, estuvo en la calle Primavera, junto al teatro Barbieri del que tomó el nombre.

El actual Barbieri singue siendo un verdadero foco cultural y un divertido lugar de encuentro de las nuevas tendencias. Conserva su estética art decó de los inicios del siglo XX, con sus sillones en terciopelo rojo, las molduras en yeso de sus techos o sus espejos de marcos dorados. Además de café es un restaurante con predomino de gastronomía italiana y un excepcional lugar para descubrir el siempre sorprendente e innovador barrio de Lavapiés.

C/ Ave María, 45

El Espejo

Muy cerca del mítico Café Gijón se encuentra El Espejo Nouveau, establecimiento que sigue su mismo estilo decorativo aunque es bastante más moderno, ya que fue inaugurado en 1978.

A un paso de la Biblioteca Nacional, la cafetería y restaurante El Espejo, guarda la esencia de los cafés con tertulia literaria garantizada de antaño, pero con atenciones del siglo XXI y en el espléndido entorno del Paseo de Recoletos, donde su magnífica terraza – jardín sigue siendo un remanso de paz en el corazón de la capital.

Paseo de Recoletos, 31

Otros emblemáticos cafés de Madrid

Plaza del Dos de Mayo, Madrid, Nicolas Vigier, Wikimedia

Especialmente a partir de la década de los 70 del pasado siglo fueron muchos los cafés de Madrid que quisieron recuperar el ambiente único de aquellos locales de estilo decimonónico convirtiéndose en el nuevo lugar de encuentro para la cultura, la creatividad y el intercambio de ideas.

De todos ellos, algunos que merecen especial mención son:

El café de Ruiz, un acogedor rincón en pleno corazón del rompedor barrio de Malasaña (C/ Ruíz, 11), el Café Manuela (C/ San Vicente Ferrer, 29), favorito entre otros de Carmen Martín Gaite o Paco Umbral, o el café Ajenjo, también muy próximo a la Plaza del dos de Mayo e ideal para retroceder unas décadas y disfrutar del Madrid más castizo y literario.