¿A quién no le suena Valdepeñas? Prácticamente a cualquiera, y más aún si se trata de una persona interesada en el mundo del vino. Al fin y al cabo esta ciudad situada en Castilla La Mancha, al sur de la provincia de Ciudad Real, da nombre a la Denominación de Origen Protegida con una mayor producción de vino que hay en toda España. Obviamente nos estamos refiriendo al vino de Valdepeñas.
No obstante, todos esos millones y millones de botellas de vinos se producen en los viñedos y bodegas de muchos lugares repartidos por tierras manchegas. Una amplísima región que siempre es una fabulosa idea para disfrutar del turismo de interior. Aunque hoy no vamos a ser tan ambiciosos, y vamos a centrar nuestro viaje en la propia ciudad de Valdepeñas. La cual por sí sola tiene numerosos puntos de interés. ¡Vamos!
Cómo llegar a Valdepeñas
Las dos principales formas de llegar hasta Valdepeñas son bien circulando por carretera, o bien en ferrocarril. En el primer caso se trata de recorrer la A-4 o Autovía del Sur, la cual parte prácticamente en dos el término municipal y está a solo unos kilómetros del célebre Puerto de Despeñaperros, el paso que tradicionalmente ha unido las tierras castellanas con Andalucía.
Y en cuanto a llegar a Valdepeñas en tren, hay que decir que tal vez se la forma más apropiada de visitar esta región de Ciudad Real. ¿Por qué? Porque Valdepeñas le debe en gran medida su desarrollo actual a la llegada del ferrocarril a mediados del siglo XIX. Y lo cierto es que desembarcar en los andenes de su estación y luego contemplar este bello edificio de época es una magnífica forma de comenzar el recorrido por la historia y el arte de la localidad.
El patrimonio de Valdepeñas
Además de la estación ferroviaria, en sus inmediaciones se ven también varios edificios de época, algunos de ellos con una decoración que recuerda la fuente de riqueza de Valdepeñas: sus abundantes vides. Así que caminando por esas calles, el paseo hasta el centro de la ciudad es un ameno paseo.
Allí nos aguarda la pintoresca plaza de España. Se trata de un conjunto urbano de lo más colorido, con todas esas fachadas elevadas sobre arcadas. Además en esa plaza se levanta la iglesia de la Asunción, originada en tiempos del Medievo y de hecho está vinculada a la Orden de Caballeros.
Y otro detalle imperdible en la plaza de España de Valdepeñas es el monumento que hay en el centro. Mientras que en otros lugares son habituales las esculturas de personajes históricos como reyes o militares. En este caso es una bella fuente que evoca una prensa de vino.
Y la verdad es que no se puede decir que Valdepeñas no tenga esculturas interesantes. Porque sí las tienes. De hecho se pueden seguir varias rutas escultóricas por la ciudad. Todas ellas son temáticas. Una lógicamente estando en La Mancha se dedica al Caballero de la Triste Figura, o sea, Don Quijote. Pero también hay otra ruta Heroica o la Ruta Ornamental. En definitiva, que ir buscando esas esculturas es una excusa perfecta para darse un largo paseo.
Entrar a los museos de Valdepeñas
No todo el arte de la ciudad se encuentra en las esculturas de calles y plazas. También se puede hallar en diversos museos. En especial en el Museo Municipal que posee una singular colección de arte contemporánea, creada a partir de un prestigioso certamen artístico que Valdepeñas promueve desde hace décadas.
Todo amante del arte de vanguardias debe darse un paseo por esa exposición. Al igual que todo visitante de Valdepeñas entra a al Museo del Vino. Sin duda el mejor lugar para descubrir la historia, importancia, cantidad y futuro de esos caldos amparados por la Denominación de Origen Protegida Vinos de Valdepeñas.
Experiencias de enoturismo
Desde que uno se acerca a Valdepeñas queda maravillado con las extensiones de vid. Viñedos y viñedos, salpicado también por campos de olivos. Es decir que una vez en la ciudad se hace imprescindible conocer y catar esos vinos. Y para ello además de sentarse a la mesa de los diversos restaurantes de la población, también es más que recomendable realizar actividades propias del enoturismo.
Por ejemplo son varias las bodegas que se pueden visitar en Valdepeñas y su entorno más inmediato. Algunas son gigantescas y muy modernas, tal y como demandan los nuevos gustos y la masiva comercialización de estos vinos, cuya cuantiosa exportación los lleva casi hasta cualquier rincón del mundo.
Aunque también se pueden visitar otras bodegas más modestas, pero tan interesantes como antiguas. Y como muestra, en ellas todavía salvaguardan conservan las viejas tinajas cerámicas en las que se almacenaba antaño el vino.
Son muchas las bodegas visitables en esta zona de Ciudad Real. En algunas de ellas se ofrece la posibilidad de hacer catas en grupo o más personalizadas, dejando guiar nuestro paladar por expertos sumilleres. Desde luego esta es la actividad que mejor sabor de boca nos puede dejar tras un viaje a Valdepeñas.
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